martes, 25 de marzo de 2014

Preguntas para José Francisco Murillo

1. ¿Podría explicarnos 2 estrategias que utilizaría para mantener al niño motivado?

2. ¿Qué opinión le merece el aprendizaje por proyectos?¿y el basado en problemas?

3. ¿Qué aspectos considera necesarios para que se de una enseñanza personalizada?

lunes, 10 de marzo de 2014

¿Qué escuela queremos para la sociedad en que vivimos?

¿Qué escuela queremos para la sociedad en la que vivimos?



¿QUÉ ESCUELA QUEREMOS?



La Escuela que queremos es una escuela moderna, actual, una escuela acorde con la realidad en la que vivimos y que no esté anclada en anacronismos consolidados que desvirtúen nuestra verdad. Si miramos a nuestro alrededor vemos multitud de personas, todas iguales y distintas al mismo tiempo, hay una gran diversidad en la sociedad que vivimos.


La diversidad es un hecho, una realidad, en la escuela y en la vida. Todos somos diferentes. La escuela capaz de atender la diversidad, es la escuela capaz de atender la realidad de su alumnado, es la escuela que responde adecuadamente a las diversas necesidades y capacidades de sus alumnos y los ayuda a progresar. Atender la diversidad escolar supone valorar y acoger a cada alumno por ser quien es, sin ningún tipo de discriminación por razón de sexo, procedencia, raza, nivel social, sobredotación o discapacidad, en el marco de respeto a los Derechos Humanos fundamentales. Sin embargo, una barrera a superar en la escuela actual es la limitación que se da respecto a la edad tanto que nos empeñamos en dividir a los niños en función de su año de nacimiento cuando no necesariamente todos los niños de la misma edad tiene la misma madurez, por lo que en la escuela inclusiva sería necesario superar esta barrera. Una escuela, una educación de calidad, es aquella que ayuda al progreso, en aprendizajes y actitudes de cada individuo, ello requiere la adaptación de currículos, metodologías didácticas, materiales y recursos a las necesidades y capacidades diversas de los alumnos. Este es el camino hacia una escuela mejor y hacia una educación equitativa y de calidad, la cuál habrá de impartirse en una Escuela Pública pues es ahí donde encontraremos esta diversidad, ya que la Escuela Pública es una escuela de todos y para todos.


La escuela inclusiva no selecciona a los estudiantes, todos están incluidos sean cuales sean sus características personales y sus necesidades educativas. La diversidad es la normalidad, todos somos distintos, una vez que asumamos esto garantizaremos una escuela con respeto y dignidad para todos. La diversidad no debemos observarla como un problema, sino todo lo contrario, como una fuente de aprendizaje en la que haya un intercambio de capacidades y conocimientos, favoreciendo el enriquecimiento cultural e intelectual, en tanto que las virtudes de unos serán los defectos de otros, y esto nos hará más ricos como personas y como ciudadanos.


Sin embargo, esta escuela diversa e inclusiva, a pesar de los grandes avances tecnológicos que la llevarían a lo más alto, parece que cada vez está más lejos de las aulas españolas pues el Gobierno actual pretende una escuela excluyente y segregadora similar a la Escuela posterior a una década tan decadente como fue la escuela de la Europa de mitad del siglo XX, una escuela de posguerra y más dividida que nunca, en la que tan sólo tenían acceso a la educación los ricos, cultos o los que eran sensibles, es decir,una pequeñísima minoría. Esta similitud es tangible respecto a la LOMCE, ya que se pretende tal segregación con el obsoleto sistema de reválidas, en la que último y real fin es ir dejando atrás y exentos de educación a aquellos niños con menos posibles. El cambio legislativo está siendo cada vez más usual y está claramente comprobado que no es la solución pues los resultados siguen siendo negativos, la escuela no se cambia con leyes. No se aprende más ni mejor con la realización de exámenes, ni segregando anticipadamente a los alumnos se evita el fracaso escolar, como se pretende en la LOMCE, sino apostando en una escuela basada en el diálogo, la confianza, la colaboración, la creatividad y la diversidad, por desgracia ninguna de estas características se encuentran a lo largo de todo el texto legal.


El estudiante ha de poder disfrutar mientras aprende, así tendrá una mayor motivación por aprender en una escuela en la que se sientan seguros y felices, pues se puede aprender sin odiar lo que estudiamos, dejando de lado los complejos y miedos al error, ya que el error debe verse no como un fallo sino como un progreso, y para ello es importante fomentar el apoyo y colaboración entre los compañeros y con los profesores, teniendo como último fin aprender y colaborar en el aprendizaje propio y ajeno. Por este motivo es necesario un currículo abierto y una programación a todos los niveles, ajustada a las diversas capacidades y realidades, y capaz de responder a las diferentes necesidades de cada alumno.


Debemos hacer de la escuela un lugar bello, un lugar rico en estímulos, recursos y espacios significativos, la escuela es nuestro segundo hogar y como en el hogar debemos estar a gusto en ella. Por eso la escuela debe dar a los alumnos un abanico amplio de lenguajes, dividiéndose en talleres y no en aulas, al igual que el hogar en la cocina cocinamos, en el salón descansamos o en la habitación dormimos, cada taller debe estar condicionado en función de las habilidades a desarrollar, pues no será igual un taller de pintura que un taller de lectura, cada taller debería estar condicionado al fin para el que se crea. La escuela será un lugar donde se aprende a vivir. De esta manera cada alumno encontrará lo fundamental de sus capacidad y desarrollarlas al máximo, este será el modo de encontrar la tan ansiada felicidad.


No podemos olvidar que será necesario dotar a los alumnos de metodologías y materiales acordes con su realidad y nivel de conocimientos. En relación a ello, debemos observar el mundo y actuar conforme a esta visión, si miramos a nuestro alrededor observamos un mundo tecnológico que se transforma a cada momento, el mundo ha pasado de estar en estado sólido a un estado líquido, en el que esta tecnología produce cambios históricos muy relevantes en la actualidad en cuanto que vivimos en una transformación histórica, un cambio digital que produce un fuerte impacto tanto en los sistemas productivos como en el de transmisión de conocimientos. Por lo tanto, tenemos que aliarnos con las nuevas tecnologías las cuales favorecen la transmisión de conocimientos, pues nos encontramos en una era en la que podemos generar y publicar contenidos e informaciones que enriquecen nuestro aprendizaje y el de los demás. Nos ha tocado vivir  en un mundo que está más interconectado que nunca y esto debemos aprovecharlo, pues en estos tiempos líquidos la educación necesita nuevos modelos para crear una identidad digital que se acople a la realidad.


A tenor de ello, será cuestión necesaria plantear la digitalización del profesorado, pues este será el que transmita los conocimientos a los alumnos, debiendo adaptar las programaciones y metodologías a las nuevas necesidades del aula, debiendo abandonar las clases magistrales en las que se dé un contenido a todos por igual y al mismo tiempo, pues así sería imposible atender a la diversidad del aula, por ello debería desarrollar técnicas nuevas como el trabajo cooperativo, la creatividad, dividir las clases en grupos pequeños para así favorecer el intercambio de ideas y conocimientos, y emprender diferentes proyectos, que contribuyan a construir un aprendizaje personalizado. El profesorado deberá  aprender a manejar los nuevos recursos de conocimiento que están en la red, para así transmitirlas y generar nuevas actitudes y formas de participación en el alumnado, por lo que el profesor debe enseñar a discriminar información, desarrollar las habilidades digitales y tener actitud frente a estas. En definitiva que el alumno sea consciente de que él es también protagonista en la enseñanza al igual que el docente y este en todo caso deberá escuchar al niño parece conocer sus capacidades y defectos y trabajarlos al máximo.


Asimismo, es necesario que el proyecto de escuela cuente con el apoyo y las aportaciones de los padres y madres y de los otros miembros e instituciones de la comunidad. La escuela, desde un enfoque inclusivo, es un recurso más que la comunidad tiene para educar y enseñar a sus miembros más jóvenes. Por lo tanto, toda la comunidad ha de colaborar con los maestros y los profesores para conseguir una escuela que acoge a todos y en la cual todos encuentran la respuesta a sus necesidades, esto sólo es posible si los maestros no son los únicos responsables de llevarla adelante, sino deberán colaborar todos los miembros de la comunidad educativa, empezando por los mismos estudiantes, las familias, los vecinos… Todos han de participar activamente en el funcionamiento de la escuela.


La escuela inclusiva prepara para la cooperación y no para la competición, la cooperación ha de estar por encima de la competición, por lo que la escuela ha de enseñar a compartir y a cooperar con los demás, cuidando el afecto, la satisfacción y el éxito de todos.


Como conclusión respecto de la Escuela que queremos, hacemos nuestra una gran cita plasmada en el libro “Carta a una maestra” de los Alumnos de la Escuela de Barbiana que a nuestro parecer refleja de forma concisa y muy acertada la Escuela que queremos:


“No hay nada tan injusto como hacer partes iguales entre desiguales”